¿Cómo preparar a un niño para una extracción de sangre?

Brindándole información, además de la preparación previa que corresponde a su análisis.

Contarle de qué se trata y “para qué”.

Si el niño sabe de qué se trata, es probable que se sienta menos preocupado por lo que va a suceder.

¿De qué manera?

En forma breve y acorde a la edad del niño.

  • Dentro de las 24 horas antes de la extracción.
  • Para que el niño no suponga que fue iniciativa de sus padres, aclararle quién lo solicita.
  • ¿Qué es una extracción de sangre? Para examinar la sangre en un laboratorio, porque el niño está enfermo o en tratamiento, es necesario obtenerla. Esto se realiza a través de una aguja en una de las venas del niño.

Explicarle “cómo“

  • Es una suave punción, sentirá como un pellizco, “un mosquito que pica”.
  • La duración es mínima.
  • Es indispensable que el brazo permanezca quieto durante la extracción, para que el proceso sea rápido y la molestia leve.

Y si requiere más explicación

  • Antes de la extracción, le colocarán una banda ajustable alrededor del brazo. Va a estar ajustada, como si alguien le estuviera apretando un poquito el brazo.
  • El técnico extraccionista le va a limpiar una pequeña porción de piel en el brazo, y en ese lugar va a sentir frío.
  • Va a poner la aguja en el brazo y la sangre va a entrar a través de la aguja. Puede sentir un pellizco o pinchazo, puede que le duela un poco, o que no sienta nada.
  • Una vez que le hayan extraído un poco de sangre, retirarán la aguja y le colocarán una curita en el lugar donde estuvo la aguja. Después de un rato, la podrá retirar y verá apenas un puntito colorado.

Evitar

  • Engañarlo.
  • Contarle experiencias personales negativas, ya sea a través de gestos o sobrentendidos.
  • Demostrar preocupación, malestar o nerviosismo porque su niño va a recibir un pinchazo. Esta práctica es de rutina durante la vida de cualquier persona, sana o enferma.
  • Volver sobre el tema si el niño no insiste.

Durante la extracción

La colaboración de los padres durante el proceso es fundamental, porque al niño hay que sostenerlo.  No sólo para la contención afectiva, sino también para facilitar la tarea del técnico extraccionista.