La insuficiencia pancreática exocrina (IPE) se define como el estado de maldigestión de nutrientes causado por la insuficiente secreción de enzimas pancreáticas, su inadecuada activación, su degradación precoz y/o la ineficiente interacción enzima-alimento, lo cual condiciona una malnutrición calórico-proteica y déficits vitamínicos.
Las causas de la IPE pueden ser de origen pancreático o extrapancreático. Las causas más frecuentes son: las pancreatitis crónica y aguda, la fibrosis quística, el tumor pancreático, la diabetes, la esteatosis pancreática, la cirugía pancreática o gastroduodenal, entre otras.
El cuadro clínico clásico consiste en la esteatorrea y la pérdida de peso. Sin embargo, un porcentaje importante de pacientes se manifiesta con síntomas inespecíficos como la distensión, el meteorismo y el dolor abdominal; aunque puede presentarse de manera asintomática y solo manifestarse por la presencia de marcadores séricos de deficiencia nutricional (macro y micronutrientes).
En la actualidad, disponemos de varias herramientas para el diagnóstico y la evaluación de la IPE, con el propósito de prevenir y corregir los déficits nutricionales que impactan negativamente en la morbimortalidad de los pacientes debido al aumento de la probabilidad de presentar eventos cardiovasculares, infecciones y fracturas patológicas, entre otras complicaciones.
Si bien la determinación cuantitativa de grasa en materia fecal (test de Van de Kamer) es considerada el gold standard, no se utiliza con frecuencia debido a la baja adherencia a cumplir estrictamente la dieta y la recolección de toda la materia fecal, además de ser engorroso.
En la práctica clínica, la determinación de elastasa en materia fecal es el método de elección por su sencillez y disponibilidad; este test evalúa la secreción pancreática, el principal mecanismo fisiopatológico de IPE en pancreatitis crónica. Cuanto menor sea el valor de elastasa fecal, mayor será la probabilidad de IPE.
Cuando el valor es menor de 100 µg/g, el diagnóstico de IPE es altamente probable y cuando el valor es entre 100 µg/g y 200 µg/g se recomienda considerar otras herramientas adicionales, como los parámetros nutricionales, las imágenes y también el cuadro clínico. Pueden observarse valores “falsos positivos” en presencia de diarrea acuosa.
En IPE post pancreatitis aguda los integrantes del I Consenso argentino de diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia pancreática exocrina recomiendan realizar un test de elastasa en materia fecal e iniciar tratamiento (TREP) cuando los valores son menores de 200 μg/g. Los controles deberían realizarse periódicamente cada 3 a 6 meses e incluir evaluación clínica, parámetros nutricionales y elastasa fecal.
Principio para la determinación cuantitativa de elastasa pancreática:
Se trata de un inmunoensayo turbidimétrico mejorado con partículas (PETIA) en extractos de muestras fecales. Los extractos se incuban con un tampón y se mezclan con nanopartículas de poliestireno recubiertas con anticuerpos específicos contra la elastasa pancreática (inmunopartículas). La elastasa pancreática disponible en la muestra regula la aglutinación de inmunopartículas. La turbidez de la muestra, medida a través de la absorbancia de la luz, aumenta con la formación del complejo de elastasa pancreática-inmunopartícula y es proporcional a la concentración de elastasa pancreática. La absorbancia de luz detectada permite cuantificar la concentración de elastasa pancreática mediante interpolación en una curva estándar de calibradores establecida.
En el Laboratorio Güemes realizamos la detereminacion de Elastasa Pancreatica en Materia Fecal.
Fuente: www.cibic.com.ar