La tiroides es una glándula en forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello delante de la tráquea. La tiroides regula el metabolismo y desempeña una función importante en la reproducción y la fertilidad de las mujeres.
La disfunción tiroidea es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Esta disfunción puede ser tanto por una baja actividad tiroidea (hipotiroidismo), en la que el organismo produce cantidades insuficientes de hormonas tiroideas ralentizando el metabolismo,. Pero también puede deberse a una actividad excesiva del tiroides (hipertiroidismo). En este caso, el organismo produce una cantidad muy grande de hormonas tiroideas, provocando una aceleración del metabolismo
Las alteraciones de las tiroides en el embarazo
Si no se detecta o no se trata a tiempo, el hipotiroidismo o el hipertiroidismo en el embarazo, puede repercutir negativamente en la salud de la embarazada y del bebé.
La enfermedad tiroidea aumenta el riesgo de parto prematuro, desprendimiento prematuro de la placenta (la placenta se descuelga de la pared interna del útero antes de que nazca el bebé) o puede ser origen de problemas futuros en el desarrollo y aprendizaje del niño.
Lo ideal sería que las mujeres revisaran su tiroides, al menos, una vez al principio del embarazo. Si ya está recibiendo tratamiento por un trastorno tiroideo y está embarazada, es aconsejable que revise su tiroides cada 6-8 semanas. Esto garantizará que la glándula tiroides funcione de forma normal y que la gestante y su bebé estén bien.
Síntomas del hipotiroidismo en el embarazo
El 2-4% de las futuras mamás sufre hipotiroidismo, trastorno que ralentiza la actividad de la tiroides. Los síntomas del hipotiroidismo son difíciles de especificar: cansancio, aumento de peso, sequedad de la piel, inapetencia o sensación de agotamiento. Sin embargo, estos síntomas son parecidos a los que puede sufrir una mujer cuando se queda embarazada. Por ello, este hecho no ayuda a reconocer de inmediato el problema.
Síntomas del hipertiroidismo en el embarazo
Algunas embarazadas (2 de cada 1.000) pueden presentar una tiroides más activa de lo normal, por lo que, entre el tercer y el quinto mes, pueden desarrollar hipertiroidismo. La existencia de este trastorno se sospecha cuando la futura mamá sufre taquicardia, pierde peso, tiene temblores, una función intestinal irregular, intolerancia al calor y se siente débil emocionalmente.
Diagnóstico y tratamiento
Las enfermedades de la tiroides son la segunda alteración endocrina en las mujeres en edad fértil y reproductiva. Asimismo, pueden provocar graves desequilibrios en nuestro cuerpo si no se tratan.
En algunos casos, estos trastornos pueden pasar desapercibidos y provocar daños importantes, tanto a la madre como al bebé. Por ejemplo, puede darse el caso de aborto espontáneo, anemia, preeclampsia, infecciones, etc.
Por ello, las mujeres que desean tener un hijo y tienen un familiar afectado por un trastorno de las tiroides, o presentan determinados síntomas, deben someterse a algunas pruebas. Entre ellas, un análisis de sangre, para descubrir la posible presencia de los anticuerpos que el propio organismo puede producir contra la tiroides. Este análisis de sangre es importante también para evidenciar la cantidad de tirotrofina (TSH). Se trata de una hormona producida por la hipófisis, cuyos valores alterados indican un incorrecto funcionamiento de la tiroides.
Descubrir que la glándula tiroides es menos eficiente de lo normal durante el embarazo no debe preocupar, siempre que se efectúen los análisis pertinentes con periodicidad y se siga el tratamiento que el médico considere oportuno.
¿Puedes quedarte embarazada si padeces hipotiroidismo?
El hipotiroidismo se trata en la actualidad con un medicamento llamado levotiroxina, que se administra lo antes posible, sobre todo en el primer trimestre de embarazo. Esta sustancia sustituye a la hormona producida de forma natural por la tiroides. Con un diagnóstico previo y un tratamiento adecuado, se puede garantizar un curso normal del embarazo y evitar daños en el niño.
Lo ideal es que te sometas a una revisión de la tiroides antes de quedarte embarazada y durante el primer trimestre de embarazo. Para poder mantener un control correcto de la tiroides durante el embarazo, es necesario seguir cuatro puntos:
•Optimizar el consumo de yodo durante el embarazo
•Iniciar un tratamiento precoz, en la primera semana de embarazo si es posible.
Fuente: www.mibebeyyo.elmundo.es